Inteligencia artificial en las Elecciones 2024
El año 2024 será un momento crucial en la historia política mundial. Más de cuatro mil millones de personas en todo el mundo tendrán la oportunidad de votar por presidentes, primeros ministros y otros líderes políticos. Países como Estados Unidos, India, Gran Bretaña, Indonesia, México y Taiwán verán a sus poblaciones participar en elecciones cruciales. Sin embargo, el aspecto más preocupante de estas elecciones no es tanto quién ganará, sino el papel que podría desempeñar la inteligencia artificial (IA) generativa en todo el proceso electoral.
De la era de las noticias falsas al advenimiento de la propaganda generada por IA
Las elecciones y la propaganda son dos caras de la misma moneda, y la historia está llena de ejemplos de desinformación y manipulación. Sin embargo, lo que diferencia las elecciones de 2024 es la sofisticación de la tecnología involucrada. En el pasado, las campañas de desinformación las llevaban a cabo seres humanos utilizando métodos tradicionales, como el boca a boca o los medios convencionales. Hoy en día, con el avance de los modelos de inteligencia artificial, se pueden generar noticias falsas de manera más convincente y en cantidades industriales. Pero, ¿cómo cambiará realmente este escenario el panorama de las elecciones y la democracia?
Los desafíos de la cantidad y la calidad de la desinformación
La desinformación generada por IA presenta dos tipos principales de desafíos: cantidad y calidad. En términos cuantitativos, imaginemos una operación de desinformación llevada a cabo a gran escala, en la que se envían miles o incluso millones de mensajes a los votantes. Además, la capacidad de la IA para producir contenido hiperrealista, como audio, fotografías o vídeos, hace que la calidad de la información errónea sea más insidiosa y difícil de detectar. Todo esto se vuelve aún más efectivo gracias a la precisión del microtargeting, que permite personalizar la propaganda para cada votante individual.
¿Está en riesgo la confianza en la democracia?
Inteligencia Artificial en las Elecciones 2024, ante estas nuevas dinámicas, la confianza en la democracia podría verse erosionada. Los votantes, ya desencantados con la política, podrían volverse aún más cínicos y escépticos, negándose a creer cualquier información. Sin embargo, es importante señalar que influir en la opinión pública es una tarea difícil, a pesar de los enormes presupuestos gastados en propaganda. La investigación histórica sugiere que cambiar las opiniones de los votantes es más difícil de lo que pensamos.
La importancia de la regulación y las contramedidas
Dado el riesgo inherente, varias empresas de IA están tomando medidas preventivas. Por ejemplo, OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, está trabajando para monitorear sus modelos y detectar posibles usos indebidos. Asimismo, grandes plataformas como Alphabet y Meta se están volviendo cada vez más sofisticadas a la hora de reconocer y denunciar cuentas sospechosas y contenido manipulado. Sin embargo, la regulación tiene sus límites. Las plataformas como TikTok están diseñadas para fomentar la viralidad, y relajar la supervisión en plataformas como Twitter podría abrir la puerta a más abusos.
Más allá del determinismo tecnológico: el ser humano sigue siendo el centro
A pesar de estas preocupaciones, el análisis de The Economist sugiere una nota de optimismo. La historia nos ha enseñado que cada nueva forma de medios y tecnología no tiene un impacto unidireccional en la sociedad. Los efectos de los nuevos medios han sido ampliamente debatidos y estudiados, y no se puede subestimar el papel del individuo como intérprete activo del mensaje. En otras palabras, incluso frente a innovaciones tecnológicas como la IA generativa, el ser humano sigue siendo el actor principal, capaz de discernir y elegir.
En conclusión, la Inteligencia Artificial en las Elecciones 2024 sin duda representa una nueva variable en el complejo mundo de las elecciones, su capacidad para socavar los cimientos de la democracia sigue siendo un tema abierto a debate. El futuro, como siempre, está en manos de los votantes.