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Datos de usuarios fallecidos: gestión y privacidad en la era de la IA

por 17 de diciembre de 2025No hay comentarios

Datos de usuarios fallecidos: gestión y privacidad en la era de la IA

Datos de usuarios fallecidos El derecho a la privacidad se ha convertido en un tema central en la era de la inteligencia artificial. La gestión de datos de usuarios fallecidos plantea cuestiones éticas, legales y tecnológicas cada vez más acuciantes para familias, empresas y plataformas digitales.

La cantidad de información personal que permanece en línea tras el fallecimiento de una persona aumenta año tras año. Perfiles en redes sociales, historiales de búsqueda, chats, contenido multimedia, cuentas de servicios en la nube: todos estos elementos conforman un verdadero "patrimonio digital post mortem" que debe regularse. ¿Quién puede decidir qué se conserva, qué se oculta y qué debe eliminarse permanentemente?

Los debates recientes sobre el papel de las grandes empresas tecnológicas en la ocultación de datos tras la muerte de los usuarios vuelven a poner de relieve la cuestión de la soberanía digital. En particular, el uso masivo de datos por parte de los sistemas de protección de datos. inteligencia artificial El análisis generativo hace que la gestión de datos de usuarios fallecidos sea aún más complicada, porque ese contenido puede seguir influyendo en modelos, respuestas y recomendaciones incluso después de que la persona haya fallecido.

En este escenario, es crucial contar con directrices claras, configuraciones de legado digital y herramientas que permitan a los ciudadanos controlar su destino informativo. Al mismo tiempo, las marcas y las empresas deben replantear su enfoque de recopilación, retención y eliminación de datos, integrando políticas transparentes y procedimientos automatizados.

Datos de usuarios fallecidos: marco regulatorio y derechos digitales

Cuando hablamos de datos de usuarios fallecidos, la primera referencia regulatoria para quienes operan en Europa es la Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). El RGPD protege los datos personales de las personas físicas, pero deja margen de interpretación en lo que respecta al tratamiento de la información después de la muerte, dejando a menudo en manos de los Estados miembros la definición de normas específicas.

En Italia, el Código de Privacidad establece que ciertos derechos también pueden ser ejercidos por los herederos u otras partes interesadas tras el fallecimiento del titular de los datos. Esto significa que, bajo ciertas condiciones, los familiares pueden solicitar a los responsables del tratamiento el acceso, la rectificación o la supresión de los datos de los usuarios fallecidos.

Al mismo tiempo, muchos servicios en línea han introducido herramientas dedicadas a la gestión de la herencia digital. Por ejemplo, algunas redes sociales permiten nombrar a un contacto como heredero o solicitar que su cuenta se transforme en un perfil conmemorativo. Otras permiten la eliminación automática de cuentas tras un cierto periodo de inactividad, una medida también diseñada para gestionar los datos de usuarios fallecidos.

Sin embargo, la falta de normas globales uniformes genera importantes inconsistencias. Un ciudadano puede tener cuentas en plataformas con sede en diferentes países, cada una con sus propias políticas y plazos. Esto dificulta que las familias comprendan cómo proceder y que las empresas establezcan procedimientos seguros que respeten los deseos del usuario original.

¿Quién decide sobre los datos de los usuarios fallecidos: el individuo, la familia o la plataforma?

La pregunta central es: ¿quién tiene el derecho real de decidir qué sucede con los datos de usuarios fallecidosEn teoría, la primera persona que debería poder decidir es el propio usuario, en vida. Mediante la configuración de privacidad, los testamentos digitales o las condiciones de servicio, los usuarios pueden determinar el destino de su contenido tras su muerte.

En la práctica, sin embargo, pocos usuarios configuran estos ajustes conscientemente. Como resultado, la responsabilidad suele recaer en los familiares, quienes se encuentran gestionando las cuentas y los datos de usuarios fallecidos en un momento emocionalmente delicado. No siempre está claro qué credenciales se pueden usar, qué documentos se requieren y qué restricciones impone la legislación local.

Las plataformas digitales, por su parte, desempeñan un papel cada vez más activo. Pueden decidir anonimizar u ocultar automáticamente los datos de los usuarios fallecidos tras una notificación oficial, o implementar procesos de verificación de fallecimiento basados en la presentación de certificados. Esto las convierte en árbitros de facto en el equilibrio entre el derecho a la memoria digital y el derecho al olvido.

Otro problema crítico se refiere al uso de datos de usuarios fallecidos para entrenar modelos de inteligencia artificial. Si un modelo se entrenó con contenido público producido por una persona fallecida, ¿hasta qué punto es admisible seguir utilizando esa información? Algunos especialistas en ética digital argumentan que debería aplicarse el principio de minimización de datos y respeto póstumo, especialmente al tratar con datos sensibles o conversaciones privadas.

Datos de usuarios fallecidos e inteligencia artificial generativa

Con la explosión de los sistemas de IA generativa, la cuestión de datos de usuarios fallecidos adquiere una nueva dimensión. Grandes modelos lingüísticos y multimodales se nutren de enormes conjuntos de datos que incluyen texto, imágenes, audio y vídeo compartidos en línea durante muchos años. Estos conjuntos de datos pueden incluir, incluso indirectamente, datos de usuarios fallecidos de foros, blogs, redes sociales y plataformas de mensajería.

El principal desafío es la trazabilidad: una vez que los datos se han agregado y utilizado para entrenar un modelo, resulta complejo eliminar selectivamente la información relacionada con sujetos individuales, especialmente cuando se trata de millones de registros. Algunas empresas están estudiando técnicas. desaprendizaje automático, que tienen como objetivo “desaprender” partes específicas de los datos, pero todavía estamos en una fase pionera.

Datos de usuarios fallecidos: gestión y privacidad en la era de la IA

Las directrices éticas recomiendan evitar el uso de datos especialmente sensibles en los conjuntos de datos e implementar mecanismos de anonimización sólidos. Sin embargo, incluso cuando los datos de usuarios fallecidos no sean directamente identificables, pueden seguir influyendo en el comportamiento de los modelos, contribuyendo a la generación de contenido similar o a la extracción de patrones estadísticos.

Un enfoque más responsable podría incluir la definición de políticas claras sobre la retención y el uso de datos, con la opción de excluir explícitamente los datos de usuarios fallecidos de futuras fases de capacitación. Esto está entrelazado con el desarrollo de regulaciones como Ley Europea de IA, que tiene como objetivo regular los sistemas de inteligencia artificial de alto riesgo y garantizar una mayor transparencia sobre los datos utilizados.

Datos de usuarios fallecidos: impacto en el marketing y los negocios

La gestión de la datos de usuarios fallecidos Tiene un impacto directo en el marketing digital, la experiencia del cliente y la reputación de la marca. Las empresas que utilizan bases de datos de contactos para campañas promocionales, remarketing o automatización corren el riesgo de enviar comunicaciones a números o direcciones de personas fallecidas, lo que causa angustia a sus familiares y daña su reputación.

Para los equipos de marketing, esto implica replantear los flujos de trabajo de actualización y limpieza de datos. Las integraciones con sistemas CRM, plataformas de automatización de marketing y canales de mensajería deben incluir reglas claras para la gestión de informes relacionados con usuarios fallecidos. Por ejemplo, si se recibe una respuesta de un familiar que informa de un fallecimiento, el contacto debe marcarse inmediatamente y eliminarse de las listas activas.

Además, el uso generalizado de la analítica y la elaboración de perfiles de comportamiento requiere un enfoque ético, incluso a largo plazo. Los datos de usuarios fallecidos no deberían seguir influyendo significativamente en las segmentaciones, las audiencias similares ni los modelos predictivos, especialmente cuando existen alternativas basadas en datos actualizados y un consenso vigente.

Para las marcas que se comunican a través de canales conversacionales como WhatsApp Business, correo electrónico y redes sociales, es crucial establecer procesos para verificar y actualizar periódicamente sus bases de datos. La gestión cuidadosa de los datos de usuarios fallecidos no solo es un requisito legal, sino también una muestra de respeto hacia las personas y sus familias, lo que fortalece la confianza en la marca.

Finalmente, las empresas que desarrollan o integran soluciones de IA deben evaluar cómo sus modelos gestionan los datos históricos. La adopción de políticas de retención limitada, anonimización avanzada y auditorías periódicas de conjuntos de datos puede reducir el riesgo de uso indebido de los datos de usuarios fallecidos, a la vez que mejora la calidad general de las predicciones y recomendaciones.

Cómo SendApp puede ayudar con los datos de usuarios fallecidos

En el contexto de la comunicación conversacional, una plataforma como SendApp puede apoyar a las empresas en la gestión responsable de datos de usuarios fallecidos, especialmente al usar WhatsApp Business como canal principal de relación con los clientes. Centralizar las conversaciones y automatizar los flujos de trabajo facilita la actualización y limpieza sistemática de las bases de datos.

Con SendApp Oficial, que se integra con las API oficiales de WhatsApp, permite a las empresas estructurar procesos claros de gestión de la baja y el consentimiento, incluyendo casos específicos relacionados con datos de usuarios fallecidos. Por ejemplo, es posible configurar procesos automáticos que, tras la notificación de un familiar, marquen al contacto como inactivo y lo excluyan de todas las campañas futuras.

Agente SendApp Permite organizar el trabajo de los equipos de soporte y ventas entre múltiples agentes. Esto facilita la gestión de conversaciones delicadas que involucran situaciones personales importantes, como el fallecimiento de un cliente. Los agentes pueden seguir procedimientos compartidos para actualizar el CRM y gestionar los datos de los usuarios fallecidos de forma respetuosa y conforme a las políticas de la empresa.

Para aquellos que necesitan escalar la automatización, SendApp Cloud Ofrece funciones avanzadas de flujo de trabajo, etiquetado y segmentación. Las empresas pueden crear reglas automatizadas que tengan en cuenta los datos de usuarios fallecidos, como bloquear las transmisiones a contactos etiquetados con ciertas etiquetas o activar activadores que alerten al responsable de protección de datos (OPD) o al responsable de protección de datos para que se realicen las investigaciones necesarias.

La integración de SendApp con sistemas externos también permite la sincronización en tiempo real de los cambios de perfil, lo que reduce el riesgo de que los datos de usuarios fallecidos permanezcan activos en algunos canales. De esta forma, el respeto por la persona y el cumplimiento normativo se convierten en parte integral de las estrategias de comunicación de WhatsApp y los procesos de automatización de marketing.

Las empresas que buscan implementar un enfoque más maduro para la gestión de datos, incluyendo datos de usuarios fallecidos, pueden solicitar una consulta personalizada y probar la plataforma en situaciones reales. Visite el sitio web. SendApp Puede explorar las soluciones disponibles, evaluar planes y comenzar una prueba guiada para optimizar su uso de WhatsApp Business de manera segura, compatible y centrada en el cliente a lo largo de su ciclo de vida digital.

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