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Videollamadas para asistencia sanitaria

por 22 de julio de 2020#!31jue, 23 jul 2020 14:01:34 +0200+02:003431#31jue, 23 jul 2020 14:01:34 +0200+02:00-2Europe/Rome3131Europe/Rome202031 23pm31pm-31Jue, 23 de julio de 2020 14:01:34 +0200+02:002Europa/Roma3131Europa/Roma2020312020Jue, 23 de julio de 2020 14:01:34 +0200012017pmjueves=3816#!31Jue, 23 de julio de 2020 14:01:34 +0200+02:00Europa/Roma7#julio 23, 2020#!31jue, 23 jul 2020 14:01:34 +0200+02:003431#/31jue, 23 jul 2020 14:01:34 +0200+02:00-2Europa/Roma3131Europa/Roma202031#!31Jue, 23 Jul 2020 14:01:34 +0200+02:00Europa/Roma7#No hay comentarios

Una consecuencia del envejecimiento de la población es el aumento de la demanda de atención médica, lo que supone una mayor carga para los profesionales sanitarios. Al mismo tiempo, los canales digitales se están convirtiendo, en la mayoría de los casos, en el medio predilecto para acceder a datos y servicios.

No es ningún secreto que las personas viven más y que la población mundial está creciendo. Según el último informe del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, se prevé que la población mundial se multiplique por mil millones para 2025, con 300 millones de personas de 65 años o más.

Posibilitado por la disponibilidad de la plataforma de comunicación como servicio (CPaaS) que proporciona mensajería, voz y video mediante una sencilla integración de API, los proveedores de atención médica están comenzando a responder ofreciendo aplicaciones que brindan servicios médicos rutinarios, como la reserva de citas. Cada vez más, videollamadas se ofrecen como una forma de acelerar el proceso de consulta.

Bupa, por ejemplo, ofrece a sus clientes videoconsultas con médicos calificados a través de una aplicación.

Por otra parte, el Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido introdujo recientemente un servicio similar: GP at Hand, una aplicación que permite a los usuarios programar citas mediante videollamadas o mensajes de texto. Esta transición a lo digital está aliviando eficazmente la carga de los profesionales sanitarios de primera línea. Nuestra investigación reciente analizó con más detalle el papel del vídeo en esta transición.

Una investigación de nuestra empresa hermana Sinch descubrió que las videollamadas ya se están convirtiendo en parte de la combinación de comunicaciones: el 67% de las empresas encuestadas usan el video con frecuencia o algunas veces, el 69% de las cuales estaban en el sector de la salud, pero solo el 19% de los proveedores de atención médica encuestados dijeron que probablemente adoptarían las videollamadas en los próximos 24 meses.

El informe también indica que existe una demanda insatisfecha de los consumidores por consultas por vídeo.

Se preguntó a los encuestados con qué tipo de organización preferirían interactuar a través de una videollamada, y la atención médica resultó en el primer puesto, con un 23% de consumidores que pensaron que era una buena idea; el siguiente sector industrial más cercano fue la banca con un 8%.

Las razones para preferir una videollamada (en todos los sectores) fueron diversas, pero cuatro categorías de respuestas obtuvieron casi la misma popularidad, lo que permitió comprender por qué los pacientes prefieren el video a otros canales digitales. 38% afirmó que brindaría un servicio más personalizado, 38% afirmó que ahorraría tiempo, 36% quería ver expresiones faciales y 37% afirmó que resolvería sus dudas al instante. Todas estas son buenas razones para consultar con un médico en persona, lo que demuestra la facilidad con la que el video podría reemplazar la consulta presencial.

Hay otra razón importante por la que las videollamadas son ideales para los servicios de salud. Es bien sabido que uno de cada cinco consumidores se autodiagnostica problemas de salud a través de buscadores, generalmente porque no ha podido conseguir cita médica. El riesgo de diagnóstico erróneo, la falta de acceso al historial médico y los riesgos de la información no verificada pueden ser, obviamente, desastrosos. Nuestra investigación indica que los pacientes prefieren la precisión de un diagnóstico profesional; 45% afirmó que las videollamadas les impedirían autodiagnosticarse.

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